Arquitectura Doméstica y Urbanismo



A finales del siglo XVI, tras la etapa azucarera, se produce un notable aumento de población que se concentra en torno a la zona de El Tanque, llamada así porque había un tanque de agua que servía para regar los cultivos de la parte baja del pueblo, al mismo tiempo que se va a construir, a petición de los vecinos una ermita que es el origen de la actual Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol.


Las viviendas se situaban en los lugares más llanos y en los lomos de los barranquillo, dando lugar a un hábitat disperso, marcado por los caminos y pasos utilizados desde el siglo XVI para sacar el azúcar hasta el puerto de Güímar.

En 1649 se construyó el convento dominico, actual Ayuntamiento de la localidad, comunicado con la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol a través de la Calle de Santo Domingo, delimitada por viviendas tradicionales formando un conjunto de singular belleza dentro del entramado urbano, que se verá enriquecido con la Calle de San Pedro Arriba, que comunica la parte central con el barrio de Chacaica. Esta zona, desde el siglo XVI, es un asentamiento de campesinos al margen del ingenio azucarero, dedicados a una agricultura de autoconsumo, producción de miel y ganadería. El trazado sinuoso, con callejones y recovecos, contrasta con la Calle de San Pedro Abajo, recta y uniforme, ennoblecida con fachadas majestuosas e impactantes que denotan el estatus social de sus habitantes.



El trazado de la Carretera General del Sur, a principios del siglo XX, originó un eje horizontal en el que se dispusieron nuevas tipologías arquitectónicas que respondían a necesidades sociales: fondas, comercios, cines, etc. Destacan asimismo, las plazas de San Pedro Arriba, la del Ayuntamiento, la de Las Flores, San Pedro Abajo, y la central de San Pedro, que se embellecen con jardines, esculturas, fuentes, etc, en un intento de acercar la naturaleza al medio urbano. 






Plaza de San Pedro


Este punto neurálgico de la hoy ciudad de Güímar, ha sufrido, por desgracia, diversos usos y reformas a los largo del tiempo. Durante el siglo XVI se plantó caña de azúcar en la mayor parte del Valle que se regaba gracias a un tanque que existía en las inmediaciones de la actual Iglesia Matriz de San Pedro Apóstol. 

Con el hundimiento del negocio azucarero, se plantan otros cultivos, como cereales, vid y árboles frutales. 


En el siglo XVIII sabemos que la Milicia de Güímar realizaba la instrucción en esta zona que se empezó a embellecer con árboles. En el siglo XX experimentó notables mejorar como la pavimentación, colocación de alumbrado, adoquinado de las calles colindantes, que se han ido superponiendo con el tiempo hasta dotar a la plaza de su estado actual.




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Plaza del Ayuntamiento de Güímar


Este enclave se abre, como sucede con mucha de nuestras plazas, ante un recinto religioso. Según Pedro Tarquis, la plaza la hace Esteban García en 1739, con sus almenas y muro sobre un cercado que fue de Luisa Albertos. El recinto delimitado por una serie de edificaciones, como el exconvento de Santo Domingo in Soriano y diversas viviendas de la burguesía terrateniente, que le dan un carácter de nobleza y distinción a este espacio. En el año 1833 se traslada el Ayuntamiento al claustro del ya suprimido convento dominico, convirtiéndose en el centro del devenir cívico del municipio.





Viviendas Calle San Pedro Arriba


Estas viviendas de dos pisos forman un conjunto arquitectónico de gran importancia, ya que siguen los modelos del clasicismo romántico, estilo que se originó en las primeras décadas del siglo XIX. Este nuevo lenguaje lo apreciamos en la simetría de los vanos, que se alargan y estrechan y en la sustitución de los tejados por las azoteas planas.















Vivienda en Calle San Pedro Abajo

Esta vivienda se enmarca dentro de los parámetros eclecticistas. Uno de los elementos más destacados es el impacto visual que provoca en el espectador, gracias a sus volúmenes que se adaptan al entramado urbano perfectamente. 


la fachada principal se estrecha, pero se ennoblece con la escalinata de entrada, así con el balcón del segundo cuerpo. 

Los dinteles de los vanos se han realzado, otorgándole un mayor grosor. Un elemento significativo es la franja decorativa a base de guirnaldas y flores, que aparece en el parapeto que corona el tercer cuerpo. Este ornamento habla de la introducción en el municipio del gusto modernista. 







Casa de la Familia Marrero Díaz junto a las Cuatro Esquinas

Está situada en la Avenida del Obispo Pérez Cáceres y Calle San Pedro Abajo. Fue proyectada por el arquitecto tinerfeño Domingo Pisaca Burgada en 1926, siguiendo el eclecticismo, un nuevo lenguaje que engloba los mejores logros de las arquitectura anterior para volcar estos principalmente en el exterior. En esta vivienda destaca la volumetría del conjunto, así como la ornamentación basada en motivos vegetales, filigranas, pináculos y franjas que dividen los planos de la fachada. Este lenguaje se pone al servicio de una clase burguesa que exterioriza el poder económico y social a través de sus viviendas.




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