Fonda Medina

Reseña Histórica


Este inmueble sirvió a lo largo de un siglo, desde finales del  XIX  y casi todo el siglo XX, como lugar de parada, albergue y casa de comidas a comerciantes, agricultores y profesionales varios, que como viajeros o transeúntes que se acercaban a la comarca por la carretera C- 822.

Permanece en el recuerdo de varias generaciones de güimareros los buenos ratos pasados en el frondoso patio. Su cocina siempre tuvo fama de calidad y vanguardista, apreciada por propios y extraños, del mismo modo sus salones ofrecían por capacidad y distinción la solución a grandes reuniones familiares: bodas, bautizos, agasajo a autoridades o celebraciones deportivas. La parte baja del edificio fue sede de la primera estación de transporte público e incluso en la trasera, llegó a funcional una industria de bebidas gaseosas propiedad de don Félix Medina. 


El inmueble fue adquirido por el Cabildo Insular de Tenerife en junio de 1999, fue cedido al Ayuntamiento de Güímar para su adecuación y usos, como centro cultural y de servicios. 


Fachada de la Fonda


Es un edificio de dos alturas. A finales del siglo XIX, se construye una primera parte, utilizada como vivienda particular, posteriormente es ampliada en las primeras décadas del siglo XX, ya que se necesitaba más espacio para albergar a los huéspedes.


Exteriormente se caracteriza por una gran sobriedad decorativa y la simetría de sus vanos (cinco en cada plante), que se alargan en altura y se estrechan, siguiendo los gustos clasicistas de la época, tal y como se observa en otras edificaciones del municipio, sobre todos en viviendas particulares. La geometría de la fachada la rompe, sin embargo, una dependencia anexa, con gran portón de entrada, situada a la derecha de la misma, a través de la cual accedían al interior los carros y carruajes. 



Patio Central




El patio central, en forma de cuadrado, articula el espacio interior del edificio, ya que en torno a él se distribuyen las habitaciones. También tiene una función práctica, permitiendo la entrada de luz y aira. Está rodeado por tres de sus lados con columnas de pie derecho con zapata, sobre las que se asienta los suelos de la galería de la planta alta, mientras que el cuarto lado está formado por una sucesión de arquerías de medio punto rebajado, que apoyan sobre gruesos pilares. Una fuente centra el conjunto, refrescando las dependencias. El suelo era de piedra, concretamente de losa chasnera.

Una escalera a la derecha del patio nos conduce a la parte alta, mientras que un pasillo da acceso a la parte trasera. Esta zona está ocupada por un pequeño patio y las cuadras. 

Zaguán y Cubiertas






El interior de la vivienda se comunica con el exterior a través de un zaguán de forma rectangular, que está en el mismo eje que la puerta de la rejería, decorada con bellos motivos florales, a través de la cual se accede al patio.


Los techos son generalmente planos y se cubren con vigas de madera, de riga o de tea. Destaca la técnica del "chillado", que consiste en colocar astillas de madera o "chillas" entre las vigas. 


Varios muebles embellecen los rincones de la Fonda Medina, con un amplio armario usado para guardar la lencería de cama, un baúl realizado en madera de cedro o un antiguo vestidor. 


Galería y ventanas







En la segunda planta, una galería cerrada rodea el patio, que se rompe únicamente con unas ventanas de guillotina, que proporcionan luz y protegen, asimismo, del viento y la lluvia. 
Dos tipos de suelo diferentes nos permiten conocer las dos fases constructivas del edificio: el de madera, de la primera edificación a finales del siglo XIX, mientras que el de pavimento hidráulico, se corresponde con la posterior ampliación del edificio. 

Salón Noble





Entre las dependencias de la planta superior cabe destacar el llamado "salón noble", que suele ocupar la parte delantera de las casas. En este caso, está dividido en tres habitaciones por dos tabiques que se iluminan gracias a las amplias ventanas que dan a la calle, decoradas, en el exterior, por rejerías. Un pequeño balcón en el centro de la fachada permite asomarse al exterior. El salón comedor es un espacio continuo.


Antiguo Salón Comedor


Se encuentra en la planta baja y posee unas pinturas murales obra del gaditano López Ruíz. 









Datan de principios del siglo XX, son pinturas realizadas por el artista gaditano Manuel López Ruiz, las cuales representan diversos enclaves del Valle de Güímar, como el Pico Cho Marcial, entre otros, así como asemejando el techo como un fondo de cielo azul, un trampantojo que simulaba exterioridad a lo que fue el comedor de la Fonda Medina, punto de encuentro y albergue para locales y foráneos, casa de comidas para profesionales de todas las ramas, viajeros o meros visitantes de la localidad.



Tras casi un periodo de un año desde el comienzo de la restauración y conservación de los murales, las pinturas murales de Manuel López Ruiz ya ven la luz, el 1 de septiembre de 2018, gracias al laborioso y pluscuamperfecto trabajo llevado a cabo por la empresa In Situ Conservación y Restauración S.L.U., por un importe total de adjudicación de 45.680,23 €, costeado íntegramente por el Cabildo Insular de Tenerife, con los restauradores Dña. Nieves Luisa Cabrera Castro y D. Domingo Cabrera Benítez como cabezas visibles, aunque respaldados por un amplio equipo en el que se incluyen, además, arquitectos e historiadores.
En este día, D. Domingo Cabrera Benítez, informaba a los asistentes del procedimiento seguido. Desde el diagnóstico y patologías previas, pasando por el proceso de restauración, así como datos del propio autor de las pinturas, las cuales datan de principios del siglo XX y representan diversos enclaves del Valle de Güímar, entre ellos el Pico Cho Marcial; además de contestar a cuantas dudas suscitaban a los presentes.
La superficie total policromada tratada, conformada por 122 m², comenzaba a analizarse el pasado 11 de septiembre de 2017, conllevando un periodo inicial de 8 meses de toma de muestras y analíticas necesarias para conocer el verdadero estado en el que se encontraban. «Las pinturas habían sufrido un notable deterioro debido a problemas, principalmente, antrópicos, que desmejoraron el aspecto ideal que debiera tener una pintura», como indicaba la restauradora Dña. Nieves Luisa Cabrera a su comienzo. Por esta razón, resultaba vital el trabajo a realizar por la química del laboratorio.


Tras ese proceso inicial, el minucioso trabajo evolucionaba con la documentación fotográfica, el levantamiento planimétrico, la eliminación de diversos elementos obsoletos, así como luminarias que no formaban parte del programa original; la consolidación de la película pictórica, el tratamiento de grietas y grandes lagunas, la limpieza físico-química, la reintegración de lagunas, la protección del original y la reintegración cromática, entre otras diversas acciones complementarias… Un trabajo exhaustivo que ha permitido poder disfrutar nuevamente de estos murales en todo su esplendor.


Titular/es: Ayuntamiento de Güímar

Titularidad: Pública

Dirección: Avda. Obispo Pérez Cáceres, 18

Cod. Postal: 38500

Usos: *Centro Cultural 








En la Fonda Medina se puede apreciar:



• El retablo neogótico de la Fonda Medina de Güímar (Tenerife) se restauró en La Laguna en el año 2008 por los hermanos ebanistas Isidoro y Felipe Pérez García por un valor de 2. 700 euros. En sus orígenes perteneció a la familia Gabarda en La Laguna, fue donodo por la misma familia al sacerdote güimarero y canónico de la S. I. Catedral de La Lagunha, D. Hipólito Jorge Dorta, que lo depositó en su vivienda familiar en la Calle El Agua, en San Pedro de Arriba. Posteriormente fue donado por el mismo sacerdote al Excmo. Ayuntamiento de Güímar que decidió ubicarlo en la Fonda Medina.








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